Nuestro compromiso nace y se alimenta del encuentro con Dios

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Cáritas Diocesana de Granada, 20 de Diciembre de 2017.

Carta del Delegado Episcopal de Cáritas Diocesana de Granada. Navidad 2017.

Queridos amigos:

Este año el lema para la campaña institucional de Cáritas pone el acento en el compromiso como actitud que hace posible mejorar el mundo. Si entráis en el apartado de Campañas, podéis encontrar un material muy interesante para profundizar en el mensaje que Cáritas quiere hacer llegar a todos los que estamos implicados en la tarea socio caritativa de la Iglesia. Yo sólo quiero brindaros unos pequeños puntos por si sirven de estímulo para nuestro trabajo.

El Papa Francisco en una entrevista explicaba muy gráficamente la diferencia entre colaborar y comprometerse. «Colaborar, decía, es lo que hace la vaca cuando con su leche nos ayuda para alimentarnos. Comprometerse es lo que hace el cerdo, ya que al ser sacrificado, se da por entero». Más allá de la caricatura, creo que podemos entender que el compromiso es algo que adquiere toda su profundidad si lo enmarcamos en la lógica del Amor de Dios, en la lógica de la Encarnación. Este es el misterio que vamos a celebrar un año más en la fiesta de la Navidad. El Niño, que nace en Belén, es para nosotros la prueba más evidente de que Dios se compromete con la humanidad. El Amor de Dios es un amor comprometido, encarnado y crucificado. Es la Palabra que Dios ha plantado en nuestra tierra. “Y el Verbo se hizo carne y puso su tienda entre nosotros” (Juan 1,14).

El Amor de Dios es gratuito pero no es arbitrario. A todos se nos da y se nos ofrece, aunque no todos los reciben. A todos nos ama, pero Dios siente una especial predilección por los pequeños, los frágiles, los desvalidos, los pecadores, los pobres. Algo vio Dios en el corazón de María que le enamoró. Algo había en el corazón de María que la predisponía para poder recibir y acoger a Dios y para entregarse y comprometerse en su proyecto de salvación.

Nuestro compromiso nace y se alimenta de la experiencia y contemplación, del encuentro cotidiano con un Dios que se comprometió y se compromete por mí, por ti, por nosotros. La opción por los pobres es una opción personal y comunitaria, pero no es opcional para los discípulos de Jesús, sino que es algo inherente al Amor de Dios y a su Misericordia. Y es algo que necesariamente tiene que estar en el ADN de todos los que somos y estamos en la Iglesia y, mucho más, en Cáritas. Y, también es algo que forma parte esencial del anuncio del Evangelio, que es la razón de ser de la Iglesia de Jesús. Amar no sólo de palabra, sino de verdad y con obras, es el lema que nos proponía el Papa para la I jornada Mundial de los Pobres.

Os ofrezco un cuestionario para reflexionar en la comunidades acerca de cómo estamos viviendo y queremos vivir esta llamada al compromiso.

Un abrazo fraterno y ¡FELIZ NAVIDAD!
Alfonso Marín, Delegado Episcopal de Cáritas Diocesana de Granada.

Pistas para reflexionar sobre el compromiso personal

  • Revisa la coherencia del compromiso contigo mismo, con tus valores, con tu fe en Jesús. Revisa tu compromiso con las personas de tu alrededor para generar nuevos vínculos y alimentar la conciencia de misión.
  • ¿Cómo vives tu compromiso con la naturaleza y el desarrollo sostenible, con el bien común y la casa común? ¿En qué lo traduces en el día a día? ¿Qué puedes hacer para mejorar el mundo?
  • Tu participación a través de la cultura, la economía y la política para preservar y hacer posibles los derechos humanos y la dignidad de todas las personas que integramos la familia humana, ¿es coherente con los valores evangélicos?.
  • El compromiso nace del movimiento, de una conmoción en las entrañas, de un dejarse tocar por Dios y la humanidad de los seres humanos que nos rodean. ¿Toco la realidad y me dejo conmover por ella?.
  • El compromiso brota desde lo que somos -de lo mejor de mí- y desde lo que vivimos. En la medida en que nos exponemos y nos ponemos a tiro, todo es posible. Es necesario abrir la puerta, salir y ver por uno mismo. ¿Es esta mi experiencia?.
  • El compromiso requiere cuestionamiento y un discernimiento responsable y maduro en el que nos preguntemos desde dónde, con quién, hacia dónde, para qué, de qué manera… Y con criterios claros. ¿Lo vivo así?.
  • El compromiso es de cada persona, de cada individuo, pero también es comunitario. El primer paso siempre es personal pero la comunidad acompaña la decisión y la vivencia, contrasta, ilumina y la proyecta. ¿Promuevo el compromiso comunitario? ¿Cómo lo concreto?.
  • La comunidad y la oración son pilares básicos de una vida cristiana enraizada en el compromiso. ¿Mi compromiso se sostiene en un espacio interior? ¿Cómo lo cultivo?.